Oracion a las almas del purgatorio

Una forma corta y fácil de rezar por las almas del purgatorio

Descanso eternoConcede, Señor, el descanso eterno a las almas del purgatorio y haz que brille para ellas la luz perpetua. Que descansen en paz. Amén. Que sus almas y las de todos los fieles difuntos, por la misericordia de Dios, descansen en paz. Amén.

Oración de Santa Gertrudis la Grande “Padre Eterno, te ofrezco la Preciosísima Sangre de tu Divino Hijo, Jesús, en unión de las misas que se dicen hoy en todo el mundo, por todas las Almas Santas del Purgatorio, por los pecadores de todo el mundo, por los pecadores de la Iglesia universal, los de mi propia casa y los de mi familia. Amén”.

Oración de Santa Brígida por las almas del purgatorio

“No entrará en él ninguna cosa inmunda, o que haga abominación o mentira, sino los que están escritos en el libro de la vida del Cordero”. – Apocalipsis 21:27Este y muchos otros pasajes de las Escrituras indican la existencia del purgatorio.    Cuando uno muere, puede ir a uno de tres lugares: El cielo, el purgatorio o el infierno.    El que muere en perfecto estado de gracia, sin mancha de pecado, va al Cielo.    El que muere en estado de pecado mortal está condenado al infierno por su propia elección.    El que está libre de pecado mortal, pero en estado de pecado venial, va al purgatorio.    El purgatorio es el lugar al que van las almas para purificarse antes de entrar en el Cielo.    Estas almas santas componen la Iglesia que sufre y dependen de nuestras oraciones para llegar al Cielo.    Como no tenemos forma de saber quién está en el Cielo (más allá de los que la Iglesia ha beatificado o canonizado), debemos asumir que todos están en el purgatorio.    Por lo tanto, es extremadamente importante que recemos con frecuencia por los muertos, no sólo en el Día de los Difuntos.

Oraciones de Fátima

La Iglesia católica dedica todo el mes de noviembre a las almas del purgatorio. El 2 de noviembre es el Día de Todos los Fieles Difuntos, a veces llamado Día de los Muertos. Durante todo este mes rezamos por las almas de los fieles difuntos, especialmente por aquellos que hemos conocido y amado.

Todos los que mueren en gracia y amistad de Dios, pero todavía imperfectamente purificados, tienen asegurada su salvación eterna; pero después de la muerte se someten a la purificación, para alcanzar la santidad necesaria para entrar en la alegría del cielo.

La Iglesia da el nombre de purgatorio a esta purificación final de los elegidos, que es totalmente diferente del castigo de los condenados. La Iglesia formuló su doctrina de fe sobre el Purgatorio especialmente en los Concilios de Florencia y Trento. la tradición de la Iglesia, por referencia a ciertos textos de la Escritura, habla de un fuego purificador:

En cuanto a ciertas faltas menores, debemos creer que, antes del Juicio Final, hay un fuego purificador. El que es la verdad dice que quien profiere blasfemias contra el Espíritu Santo no será perdonado ni en esta época ni en la venidera. De esta frase entendemos que ciertas ofensas pueden ser perdonadas en esta era, pero otras en la era venidera.

La oración del Señor

Como muchos católicos saben, el mes de noviembre está dedicado a las almas santas del purgatorio. El Día de Todos los Fieles Difuntos tiene lugar cada año el 2 de noviembre, pero recordamos a nuestros seres queridos que nos han precedido de manera especial durante todo el mes.

La Santa Madre Iglesia nos proporciona una amplia oportunidad durante este mes con indulgencias para las almas santas. Pero para los católicos, suele haber dos preguntas principales sobre los fieles difuntos. Con respecto a la primera pregunta, a menudo se pregunta por qué rezamos por las almas santas en primer lugar. Pero, por otro lado, muchos sienten curiosidad por saber si los que componen la Iglesia sufriente pueden rezar por nosotros en la tierra, la Iglesia militante.

Sabemos que podemos rezar por ellos, pero ¿por qué lo hacemos? ¿Pueden ellos devolvernos el favor mientras están todavía en el purgatorio, antes de entrar en la Iglesia Triunfante? Al explorar estas cuestiones nos encontraremos más profundamente conectados con los que también forman el Cuerpo de Cristo. Los fieles difuntos no dejan de formar parte del Cuerpo, incluso después de la muerte física. Esto debería reconfortarnos al profundizar en lo que la Iglesia enseña y permite en términos de creencia sobre el tema.