
Creencia q niega la existencia de algun dios
Tipos de ateísmo
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Lloyd Strickland no trabaja, asesora, posee acciones o recibe financiación de ninguna empresa u organización que pueda beneficiarse de este artículo, y no ha revelado ninguna afiliación relevante más allá de su nombramiento académico.
Si Dios existe o no es una de las cuestiones filosóficas más importantes que existen. Y la tradición de intentar establecer la existencia de Dios con pruebas es larga, con una época dorada durante los siglos XVII y XVIII, el período moderno temprano.
Los intentos de demostrar la existencia de Dios continúan hoy en día. Pero no tienen la misma envergadura que hace cientos de años, ya que el secularismo es ahora tan común entre los filósofos como entre la población en general. Y ésta no es la única diferencia que se ha producido desde aquella época dorada, que es el tema central de mi nuevo libro, Proofs of God in Early Modern Europe. He aquí otras tres cosas que han cambiado a lo largo de los siglos:
Cuando los pensadores contemporáneos intentan demostrar la existencia de Dios, su objetivo suele ser mostrar que, de hecho, es razonable creer en Dios. Por ejemplo, en New Proofs for the Existence of God (Nuevas pruebas de la existencia de Dios), Robert J. Spitzer presenta una serie de pruebas que, en conjunto, constituyen una evidencia “capaz de fundamentar la creencia razonable y responsable en un poder superinteligente, trascendente y creativo”.
Bertrand russell
El apateísmo (/ˌæpəθiːɪzəm/;[cita requerida] un portmanteau de apatía y teísmo) es la actitud de apatía hacia la existencia o inexistencia de Dios(es). Se trata más de una actitud que de una creencia, afirmación o sistema de creencias[1][2][3] El término fue acuñado por Robert Nash, profesor de teología de la Universidad de Mercer,[4] en 2001[5].
Un apateísta es alguien que no está interesado en aceptar o rechazar cualquier afirmación de que los dioses existen o no existen. La existencia de un dios o dioses no se rechaza, pero puede designarse como irrelevante.[6] Podría decirse que uno de los primeros apateístas de los que se tiene constancia fue Denis Diderot (1713-1784), que escribió: “Es muy importante no confundir la cicuta con el perejil, pero creer o no creer en Dios no es importante en absoluto”.
El científico y filósofo Ian von Hegner ha argumentado que el apateísmo es una alternativa a posiciones como el teísmo, el ateísmo y el agnosticismo, con implicaciones que han sido pasadas por alto en las discusiones filosóficas modernas[6] El filósofo Trevor Hedberg ha calificado el apateísmo de “territorio inexplorado en la filosofía de la religión”. [1] El teórico político y estudioso del derecho constitucional, Adam Scott Kunz, ha definido además el apateísmo como “la actitud filosófica de indiferencia, tanto pública como privada, hacia (1) la cuestión de la existencia de una deidad, (2) el valor metafísico y práctico de la lealtad a esa deidad, y/o (3) la interacción de esa deidad con el mundo natural”[3].
Una persona que no cree en ninguna religión se llama
El apateísmo (/ˌæpəˈθiːɪzəm/;[cita requerida] un portmanteau de apatía y teísmo) es la actitud de apatía hacia la existencia o inexistencia de Dios(es). Se trata más de una actitud que de una creencia, afirmación o sistema de creencias[1][2][3] El término fue acuñado por Robert Nash, profesor de teología de la Universidad de Mercer,[4] en 2001[5].
Un apateísta es alguien que no está interesado en aceptar o rechazar cualquier afirmación de que los dioses existen o no existen. La existencia de un dios o dioses no se rechaza, pero puede designarse como irrelevante.[6] Podría decirse que uno de los primeros apateístas de los que se tiene constancia fue Denis Diderot (1713-1784), que escribió: “Es muy importante no confundir la cicuta con el perejil, pero creer o no creer en Dios no es importante en absoluto”.
El científico y filósofo Ian von Hegner ha argumentado que el apateísmo es una alternativa a posiciones como el teísmo, el ateísmo y el agnosticismo, con implicaciones que han sido pasadas por alto en las discusiones filosóficas modernas[6] El filósofo Trevor Hedberg ha calificado el apateísmo de “territorio inexplorado en la filosofía de la religión”. [1] El teórico político y estudioso del derecho constitucional, Adam Scott Kunz, ha definido además el apateísmo como “la actitud filosófica de indiferencia, tanto pública como privada, hacia (1) la cuestión de la existencia de una deidad, (2) el valor metafísico y práctico de la lealtad a esa deidad, y/o (3) la interacción de esa deidad con el mundo natural”[3].
Albert camus
No es impío el que niega a los dioses adorados por la multitud, sino el que afirma de los dioses lo que la multitud cree de ellos. Porque las afirmaciones de la multitud sobre los dioses no son verdaderas. ~ Epicuro
Ya ves qué fue lo que realmente triunfó sobre el Dios cristiano: La propia moral cristiana, el concepto de veracidad entendido con mayor rigor, el refinamiento del padre confesor de la conciencia cristiana, traducido y sublimado en una conciencia científica, en una limpieza intelectual a cualquier precio. ~ Friedrich Nietzsche
La mayoría de los ateos, si adoran algo, adoran algo que realmente existe pero que no es digno de adoración. … Para que el capitalismo tenga un camino claro, necesita profanar todo lo que es sagrado; no debe haber límites para lo que es vendible. El mercantilismo totalitario que es ahora la Iglesia establecida en todo Occidente ha estado a punto de conseguirlo. ~ Andrew Collier
Antiguamente el librepensador era un hombre que había sido educado en las ideas de la religión, la ley y la moral, y que sólo a través del conflicto y la lucha llegaba al librepensamiento; pero ahora ha surgido un nuevo tipo de librepensadores natos que crecen sin haber oído siquiera hablar de los principios de la moral o de la religión, de la existencia de autoridades, que crecen directamente en las ideas de negación en todo, es decir, salvajes. ~ León Tolstoi