
Creencias absurdas en ciencias
Temas controvertidos ciencia
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El absurdismo es la teoría filosófica de que la existencia en general es absurda. Esto implica que el mundo carece de sentido o de un propósito superior y que no es totalmente inteligible por la razón. El término “absurdo” también tiene un sentido más específico en el contexto del absurdismo: se refiere a un conflicto o una discrepancia entre dos cosas, pero hay varios desacuerdos sobre su naturaleza exacta. Estos desacuerdos tienen varias consecuencias para la veracidad del absurdismo y para los argumentos citados a favor y en contra. Los relatos populares caracterizan el conflicto como una colisión entre el hombre racional y un universo irracional, entre la intención y el resultado, o entre la valoración subjetiva y el valor objetivo. Un aspecto importante del absurdismo es su afirmación de que el mundo en su conjunto es absurdo. En este sentido, se diferencia de la tesis no controvertida y menos global de que algunas situaciones, personas o fases particulares de la vida son absurdas.
En la literatura académica se discuten varios componentes del absurdo y diferentes teóricos suelen concentrar su definición e investigación en distintos componentes. En el plano práctico, el conflicto que subyace al absurdo se caracteriza por la lucha del individuo por encontrar un sentido en un mundo sin significado. El componente teórico, en cambio, hace más hincapié en la incapacidad epistémica de la razón para penetrar y comprender la realidad. Tradicionalmente, el conflicto se caracteriza como una colisión entre un componente interno, perteneciente a la naturaleza humana, y un componente externo, perteneciente a la naturaleza del mundo. Sin embargo, algunos teóricos posteriores han sugerido que ambos componentes pueden ser internos: la capacidad de ver a través de la arbitrariedad de cualquier propósito último, por un lado, y la incapacidad de dejar de preocuparse por tales propósitos, por otro. Algunos relatos también implican un componente metacognitivo al sostener que la conciencia del conflicto es necesaria para que surja el absurdo.
Descubrimientos científicos controvertidos
Esta es una lista de temas que, actualmente o en el pasado, han sido calificados como pseudociencia por académicos o investigadores. Se puede encontrar una discusión detallada de estos temas en sus páginas principales. Estas caracterizaciones se hicieron en el contexto de la educación del público sobre afirmaciones y prácticas cuestionables o potencialmente fraudulentas o peligrosas, esfuerzos para definir la naturaleza de la ciencia o parodias humorísticas de un razonamiento científico deficiente.
Las críticas a la pseudociencia, generalmente por parte de la comunidad científica o de organizaciones escépticas, implican críticas a las bases lógicas, metodológicas o retóricas del tema en cuestión[1] Aunque algunos de los temas enumerados siguen siendo investigados científicamente, otros sólo fueron objeto de investigación científica en el pasado y hoy se consideran refutados, pero resucitados de forma pseudocientífica. Otras ideas presentadas aquí son totalmente no científicas, pero han incidido de una u otra manera en ámbitos o prácticas científicas.
Las prácticas y creencias espirituales y religiosas, según el astrónomo Carl Sagan, normalmente no se clasifican como pseudociencia[543]. Sin embargo, la religión a veces puede alimentar la pseudociencia, y “en los extremos es difícil distinguir la pseudociencia de la religión rígida y doctrinaria”, y algunas religiones podrían confundirse con la pseudociencia, como la meditación tradicional[543] Los siguientes elementos religiosos/espirituales han sido relacionados o clasificados como pseudociencia de alguna manera:
Método científico
A lo largo de los siglos, la relación entre la ciencia y la religión ha oscilado entre el conflicto y la hostilidad y la armonía y la colaboración, mientras que diversos pensadores han defendido que ambos conceptos son intrínsecamente opuestos y están totalmente separados.
Pero gran parte de la investigación y el debate recientes sobre estas cuestiones se han producido en un contexto occidental, principalmente a través de una lente cristiana. Para comprender mejor las formas en que la ciencia se relaciona con la religión en todo el mundo, el Centro de Investigación Pew contrató a un pequeño grupo de musulmanes, hindúes y budistas para que hablaran sobre sus perspectivas. Estas entrevistas individuales y en profundidad tuvieron lugar en Malasia y Singapur, dos países del sudeste asiático que han realizado importantes inversiones en investigación y desarrollo científico en los últimos años y que albergan poblaciones religiosas diversas.
Los debates reforzaron la conclusión de que no existe una visión única y universal de la relación entre ciencia y religión, pero también identificaron algunos patrones y temas comunes dentro de cada uno de los tres grupos religiosos. Por ejemplo, muchos musulmanes expresaron la opinión de que el islam y la ciencia son básicamente compatibles, aunque al mismo tiempo reconocieron algunas áreas de fricción, como la teoría de la evolución que entra en conflicto con las creencias religiosas sobre los orígenes y el desarrollo de la vida humana en la Tierra. La evolución también ha sido un punto de discordia entre la religión y la ciencia en Occidente.
Definición de pseudociencia
Cuando digo “absurdo” no me refiero al uso común de la palabra, que significa irracional o irrazonable. Me refiero más bien al sentido filosófico. Supongo que debería haberlo llamado “La ciencia es absurda”, pero eso no es un buen título, ¿verdad?
Ahora, creo que entender el absurdo crea una lente única que podemos usar para entender los objetivos de la ciencia y cómo funciona la ciencia en última instancia. Por desgracia para nosotros, tenemos que explorar el nihilismo y el existencialismo antes de llegar al absurdismo, así que será mejor que empecemos.
En otras palabras, los seres humanos, por naturaleza, necesitan encontrar sentido y valor a sus vidas. Debe haber un propósito. Debe haber una “Respuesta” y esa respuesta no puede ser “42”. Pero, por supuesto, no hay “Respuesta”. De ahí la vieja pregunta “¿Cuál es el sentido de la vida?”.
Puedes buscar el sentido inherente todo lo que quieras, pero nunca lo encontrarás. Eres como Sísifo haciendo rodar esa roca colina arriba una y otra vez sólo para que vuelva a rodar hasta el fondo. En última instancia, careces de un propósito real.