Creencias naturaleza magia y religión

Creencias naturaleza magia y religión

Religión y magia pdf

La doctrina de Hume sobre la creencia natural permite que ciertas creencias sean sostenidas justificadamente por todos los hombres sin tener en cuenta la calidad de la evidencia que pueda producirse a su favor. Los ejemplos son la creencia en un mundo externo y la creencia en la veracidad de nuestros sentidos. Según R. J. Butler, Hume sostiene en los Diálogos que la creencia en Dios es de este tipo. Más recientemente, John Hick ha argumentado que para algunas personas es tan natural (y tan racional) creer en Dios como creer en un mundo externo. En primer lugar, preguntaré qué entiende Hume por creencia razonable y por creencia natural. A continuación, utilizaré los resultados de esta investigación para argumentar, contra Butler, que la creencia en Dios no es una creencia natural; y contra Hick, más brevemente, que su tesis no es viable en la medida en que depende de la doctrina de Hume sobre la creencia natural. Estas discusiones son importantes para la filosofía de la religión, ya que por medio de las creencias naturales se podría instar a que la creencia en Dios es algo justificable sin referencia a la razón o la evidencia: una posición que sería de inmenso valor para el teísta.

Relación entre religión y magia

Este artículo incluye una lista de referencias generales, pero carece de las correspondientes citas en línea. Por favor, ayude a mejorar este artículo introduciendo citas más precisas. (Junio de 2010) (Aprende cómo y cuándo eliminar este mensaje de la plantilla)

La religión y la magia se separaron conceptualmente con el desarrollo del monoteísmo occidental, donde surgió la distinción entre los acontecimientos sobrenaturales sancionados por la doctrina religiosa dominante (milagros) y la magia arraigada en la creencia popular o la especulación oculta.

  La influencia de las creencias y las supersticionbes

En las tradiciones religiosas premonoteístas, no existe una distinción fundamental entre la práctica religiosa y la magia; las deidades tutelares relacionadas con la magia se denominan a veces deidades herméticas o guías espirituales.

Muchos antropólogos de renombre, incluido el autor de La rama de oro, rechazarían totalmente o en su mayor parte el título de religión a estas ceremonias casi inarticuladas de gente muy humilde. Sin embargo, me temo que no puedo seguirlos. Son misterios y, por lo tanto, son al menos genéricamente afines a la religión. Además, son tenidos en la más alta estima pública como de infinito valor ya sea en sí mismos o por sus efectos. Etiquetarlas, pues, con el oprobioso nombre de magia, como si estuvieran a la par de las momias que permiten a ciertos truhanes cebarse con los nervios de los tontos, es bastante anticientífico, pues mezcla dos cosas que el estudioso de la cultura humana debe mantener rígidamente separadas, a saber, un desarrollo normal de la vida social y uno de sus subproductos morbosos. De ahí que para mí pertenezcan a la religión, pero por supuesto a la religión rudimentaria, a una fase temprana de la misma institución mundial que conocemos con ese nombre entre nosotros. Estoy obligado a postular la más estricta continuidad entre estas etapas de lo que aquí me he comprometido a interpretar como un crecimiento natural[1].

Ensayo sobre magia y religión

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La religión y la magia se separaron conceptualmente con el desarrollo del monoteísmo occidental, donde surgió la distinción entre los acontecimientos sobrenaturales sancionados por la doctrina religiosa dominante (milagros) y la magia arraigada en la creencia popular o la especulación oculta.

  Creencia q niega la existencia de algun dios

En las tradiciones religiosas premonoteístas, no existe una distinción fundamental entre la práctica religiosa y la magia; las deidades tutelares relacionadas con la magia se denominan a veces deidades herméticas o guías espirituales.

Muchos antropólogos de renombre, incluido el autor de La rama de oro, rechazarían totalmente o en su mayor parte el título de religión a estas ceremonias casi inarticuladas de gente muy humilde. Sin embargo, me temo que no puedo seguirlos. Son misterios y, por lo tanto, son al menos genéricamente afines a la religión. Además, son tenidos en la más alta estima pública como de infinito valor ya sea en sí mismos o por sus efectos. Etiquetarlas, pues, con el oprobioso nombre de magia, como si estuvieran a la par de las momias que permiten a ciertos truhanes cebarse con los nervios de los tontos, es bastante anticientífico, pues mezcla dos cosas que el estudioso de la cultura humana debe mantener rígidamente separadas, a saber, un desarrollo normal de la vida social y uno de sus subproductos morbosos. De ahí que para mí pertenezcan a la religión, pero por supuesto a la religión rudimentaria, a una fase temprana de la misma institución mundial que conocemos con ese nombre entre nosotros. Estoy obligado a postular la más estricta continuidad entre estas etapas de lo que aquí me he comprometido a interpretar como un crecimiento natural[1].

Diferencia entre magia y religión antropología

La creencia en la magia como medio para influir en el mundo parece haber sido común en todas las culturas. Las creencias y prácticas religiosas y mágicas se solapan de forma considerable, de modo que su influencia mutua es significativa. En muchos casos resulta difícil o imposible trazar una línea significativa entre las creencias y prácticas mágicas y las religiosas. Los ritos y celebraciones comunales contenían elementos tanto religiosos como mágicos. Con el tiempo, especialmente en el contexto religioso específico del monoteísmo occidental expresado en las religiones abrahámicas, los acontecimientos sobrenaturales de base religiosa (“milagros”) adquirieron su propio sabor y se separaron en esas cosmovisiones religiosas de la magia estándar. Algunas religiones actuales, como las neopaganas, siguen manteniendo sus conexiones con la magia, mientras que otras sólo conservan ecos lejanos.

  Tipos de creencias religiosas en españa

A diferencia de otros tipos de magia, la magia religiosa suele implicar la solicitud de la intervención de una deidad o deidades personales -o, a menudo, de una divinidad o fuerza espiritual impersonal- para que se produzca el efecto deseado. Depende de la deidad en cuestión conceder o no la petición. En el caso de una fuerza espiritual impersonal, como en el taoísmo u otras religiones orientales, chamánicas o paganas, puede ser necesaria alguna disciplina religiosa o espiritual específica, como los métodos de meditación esotérica o el ayuno o la búsqueda de visiones, para sintonizar con el poder divino que es capaz de efectuar el cambio mágico deseado.

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